Click acá para ir directamente al contenido

Ken Smith: el ermitaño que lleva 40 años viviendo en un bosque apartado del mundo

  • Miércoles 10 de noviembre de 2021
  • 13:39 hrs

Un incidente ocurrido cuando tenía 26 años, cambio la visión de vida de Ken Smith, quien ha decidido pasar las últimas cuatro décadas viviendo solo, sin conexión y alejado de la vida moderna.

Durante casi 40 años, Smith ha evitado la vida convencional y ha podido vivir sin electricidad ni agua corriente en una cabaña de madera hecha a mano a orillas de un lago remoto en las Tierras Altas de Escocia.

“Es una vida agradable. Todo el mundo desea poder hacerlo, pero nadie lo hace”, dice Smith.

A sus 74 años, Ken, vive de la pesca, y la recolección de alimentos, recoge la leña y lava su ropa en un viejo baño al aire libre, por lo que mucha gente no esta de acuerdo con la vida que lleva el señor.

La cabaña de troncos esta a dos horas a pie de la carretera mas cercana, en el bordo de Rannoch Moor, por el lago Treig, Escocia, y es conocida por “el lago solitario” ya que no hay camino para llegar allí.

“Todas las ruinas que están allí, el censo de los habitantes ahora es de uno, y ese soy yo” relata Smith mientras mira hacia el lado desde la ladera.

El cineasta Lizzie McKenzie se puso en contacto con el hace nueve años, y durante los últimos dos años lo ha filmado para el documental de BBC Escocia “The Hermit of Treig” (El ermitaño de Treig).

Ken quien es originario de Derbyshire, cuenta allí como comenzó a trabajar a la edad de 15 años, construyendo estaciones de bomberos.

Pero su vida cambio a los 26 años cuando fue golpeado por una banda de matones después de una noche de fiesta. Debido a esto sufrió una hemorragia cerebral, lo que lo tuvo con perdida de conocimiento durante 23 días.

“Dijeron que nunca me recuperaría. Dijeron que nunca volvería a hablar. Dijeron que nunca volvería a caminar, pero lo hice. Fue entonces cuando decidí que nunca viviría en los términos de nadie más que en los míos”, afirma.

Ken se planteó que comenzaría a viajar para encontrar su rumbo, y a medida del tiempo comenzó a interesarle la idea de la naturaleza como forma de vida.

Fue en Yukón, territorio canadiense que limita con Alaska cuando Ken se preguntó, que pasaría si simplemente se marchara caminando de la carretera y “se fuera a ninguna parte”.

Y fue precisamente eso lo que hizo, caminó durante 35.000 kilometros antes de regresar a casa, mientras estaba lejos sus padres murieron y no se enteró hasta el día en que regresó a su hogar.

“No sentí nada, pasó mucho tiempo hasta que me golpeó la noticia”, relata el ermitaño.

Ken relata que mientras iba camino desde Gran Bretaña a Rannoch, en las Tierras Altas de Escocia, pensó en sus padres, y comenzó a llorar, “lloré todo el camino mientras caminaba, pensé ¿dónde está el lugar mas aislado de Gran Bretaña?”.

Ken recuerda que estuvo dando vueltas por varios lugares habitados, pero tenía la convicción que encontraría un lugar al que llamar hogar, y fue ahí cuando terminó de llorar y terminó su constante deambular.

Se dispuso a construir una cabaña, a la que le agregó un fogón a leña, pero no tiene agua, gas ni corriente, y definitivamente no hay señal de celular.

Días después que la directora de cine McKenzie dejara la cabaña, en febrero de 2019, los peligros de la existencia aislada de Ken se hicieron realidad, y sufrió un derrame cerebral mientras estaba afuera en la nieve.

Él usó un GPS que le habían regalado días antes, para activar un SOS que se envió automáticamente a un centro de respuesta en Houston, Texas, desde allí Ken fue trasladado al hospital Fort William, donde pasó una semana recuperándose.

Luego de esto Ken volvió a su cabaña, pero tras la nueva perdida de conocimiento, la Jede de cazadores de la zona, le lleva comida cada dos semanas, y así aprovechan de monitorear el estado de salud en el que se encuentra el hombre.

“No vinimos a la tierra para siempre. Me quedaré aquí hasta que lleguen mis últimos días, definitivamente. He tenido muchos incidentes, pero parece que los he sobrevivido a todos”, termina diciendo Ken, quien sonrientemente bromea diciendo que espera vivir hasta los 102 años.